Con el otoño vuelven muchas cosas. Vuelven los tonos ocres en los parques, las ventiscas que levantan la hojarasca, las noches prematuras…y esos días en los que sólo te apetece quedarte en la cama viendo pelis ñoñas o, mejor aún, toda una temporada de Sex and the City.
Pero las nuevas brisas del otoño a veces también devuelven a los escaparates tendencias desterradas hace años. Ahora entras en cualquier tienda del amigo Amancio y, en pleno point of purchase, directo a la yugular, te encuentras con pantalones de campana.
-“Dios mío, si hace 5 años inundaban mi armario. ¿dónde los habré puesto?”(subtitulos en pijo: “por el amor de Dior, cuanto tiempo sin veros. Se os echaba de menos, darlings”)
Quizás se deba a la fuerza del inmortal espíritu hippy pero cada X años la pata de elefante resucita y con más fuerza, como hacía Son Goku. Pero esta vez es diferente. Esta vez no están solos… La campana no es más que una variante del boyfrien-jeans, que incluye todo vaquero que parezca que has robado a tu chico: tres tallas más grande, roto, descosido, manchado… Desde un punto de vista más global no es difícil darse cuenta que todo encaje dentro del new style code: scruffy, scruffy, scruffy… but chic. Very chic ;)
Para hacerlo más interesante, los anteriores inquilinos de la casa no muestran intención de marcharse. El pitillo resiste y con determinación: si salió del baúl de los recuerdos fue para quedarse por muuucho tiempo. Asi que volviendo a la tienda de Amancio, en la misma mesa te encuentras toda la gama de boyfriend-jeans, juntos y revueltos con los skinny jeans. La confusión está asegurada. Cuando estás en el probador luchando, incomprensiblemente, por meterte en los boyfriend te das cuenta de que cogiste unos skinny. Y viceversa, aunque este caso es más alentador (wow! los pitillos m quedan grandes!)
Y yo me pregunto ¿pueden convivir dos especies tan opuestas en el mismo habitat?. Yo nunca metería en la misma piscina a una orca asesina con un tiburón blanco. Aunque estos animalitos son unos angelitos en comparación con el poder devorador de las tendencias. Más bien el duelo se me antoja como el remake fashion de Alien vs Predator. ¿Aprenderán a convivir en armonía? Me parece que no. Me parece que va correr la sangre. Sangre de nuestros bolsillos, porque alimentar dos tendencias a la vez no es fácil…ni mucho menos barato.
El tiempo dirá quién conquista la calle. Yo me declaro a favor de los pitillo en su versión más punk: los slashed jeans.
Como estos, preciosamente customizados por
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