domingo, 9 de noviembre de 2008

La pócima de la felicidad

Del último Estudio de Salud para Asturias era lógico esperar la lista de enfermedades, achaques y dolencias que padece la  prejubilada y envejecida población astur. Quién iba a decir que (a parte de todo lo anterior) también revelaría un dato más que fascinante: 9 de cada 10 asturianos se confiesan felices. FELICES. Wow, la frase tiene tanta fuerza que hasta fue titular de primera página en La Nueva España.

Y no me extraña. Si hay algo por lo que el ser humano siempre se ha caracterizado es por la incansable búsqueda de la felicidad, y a través de las más variadas formas: riquezas, poder, respeto, reconocimiento, fama, admiración, perduración en la memoria… Y ahora resulta que Asturias no es sólo un Paraíso Natural, sino que también es un Paraíso Feliz :) ¿Que estamos en la peor crisis mundial desde el crack del 29? Eso nun ye na! El pueblo astur resiste  como aquella aldea gala frente a la ocupación del César. Quién iba a decir que la sidra se descubriría como la pócima mágica de la felicidad…

Conocer que vivía en un paraíso de la felicidad hizo cuestionarme qué era exactamente la felicidad. ¿Existirá alguna definición exacta? ¿O cada persona tendrá su propio concepto? Y lo más importante, ¿qué entiendo yo por felicidad? Seguramente no haya dos personas, de entre las que participación en el mencionado estudio, que coincidan en su idea de la felicidad. Seguramente mi opinión sea tan única y personal que nadie más la comparta… Seguramente estas preguntas que me hago sean las mismas que se hace todo el mundo, ahora y hace 3000 años…

Pero hoy por hoy, creo que ese estado mental o concepto vital que todas las culturas comparte ,y al que en español nos referimos como felicidad, puede tener muchas formas de expresarse, pero su esencia es siempre la misma: estar a gusto con uno mismo, habiendo hallado la paz y la armonía entre el cuerpo y la mente. ¿Cómo llegar hasta ese punto? Firmemente creo que para ser feliz, primero hay que aprender a serlo. Al igual que hay que aprender a montar en bici. Es inevitable caerse, sentir miedo, dudar si volver a arriesgar… te darás golpes contra el suelo y algunas heridas te dejarán cicatriz. Pero un día conseguirás dominar el equilibrio sobre dos ruedas y entonces pedalear por la calle de la vida.

Algunas personas solo cogen calles cuesta abajo, huyendo del esfuerzo que supone subir pendientes, otras en cambio se lanzan a por el Tour de Francia. Y tú, ¿eres de los que suben puertos de montaña? Recuerda que tras la ardua subida siempre existe una placentera bajada, y que sólo en las más altas montañas se esconden los más hermosos valles.

Dicen que el dinero (aunque ayuda) no da la felicidad, y no podría estar más de acuerdo. Porque si tengo que resumir en pocas palabras mi concepto de felicidad no dudaría en decir que “Happiness is free”, frase grabada en mi iPod para tenerla siempre presente. Y creo que es como para suspirar con alivio que aún hoy, en este mundo tan pervertido por el dinero, existan cosas que no tienen precio. Ojala la felicidad nunca deje de ser gratis.

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