
Hoy es mi último día de clase en
Ahora estoy en la biblioteca, conectada al UniOvi Wi-Fi, y recordando tantas cosas que han pasado en estos últimos 5 años. Y como todo tiene un principio, recuerdo claramente mi primer día en la escuela de ingenieros. Recuerdo mis primeras incursiones en la biblioteca, para hacer el carnet provisional hasta que nos llegase la tarjeta, y cómo no podía ni intuir que ese edificio se convertiría en parte fundamental de mi vida universitaria. Porque no todo son libros y estudiar. Enclave estratégico para trapichear apuntes y chuletas para
Recuerdo la sensación que tenía en primero, cuando se aproximaban los exámenes y la biblioteca se convertía en un campamento de apuntes. Encontrar un sitio libre muchas veces era misión imposible, así que tenía que recorrerme todos los pasillos, mientras miraba los apuntes que estudiaba la gente e intentaba adivinar qué asignatura sería, de qué carrera. Conforme han pasado los exámenes, los cuatrimestres, los cursos, los años… he seguido recorriendo pasillos buscando mi sitio- Y siento que lo seguiré haciendo aunque haya terminado mi paso por
Sin embargo, ahora estoy segura de que he encontrado mi libro en la biblioteca del campus. Conforme avanzaba de curso, cada vez reconocía más asignaturas en los apuntes de la gente que estudiaba en al biblioteca, y menos eran los apuntes que veía y aún no podía descifrar. La semana pasada reviví mi ritual de biblioteca, volví a montar mi petate de carpeta, apuntes, estuche, Pda o iPod o portátil, sentada cerca del radiador y de la ventana con vistas a la escuela de marina. Miré a mi alrededor y de un vistazo supe reconocer la asignatura que trabajaban los que estaban en mi mismo pasillo. Me levante, dí una vuelta por la biblioteca como si buscase a alguien y no pude encontrar apuntes que no supiesen de que materia trataban. No sólo podía identificar las asignaturas de industriales (en la mayoría incluso el tema en cuestión!), sino que también podía diferenciar si el alumn@ era de informática o de teleco.
