
Un año más que llega a su fin y otro año más que empieza. Así que tengo que enfrentar lo inevitable: el balance anual de mi vida. Todos los diciembres comienzo una cuenta atrás llena de pensamientos, análisis y preguntas, sobre todo muchas preguntas. ¿He alcanzado mis objetivos durante este año? ¿Cuáles sí y cuáles no?, ¿A qué se deben los fracasos?, ¿Cuántas cosas buenas y malas me han pasado?, ¿Qué he aprendido de todo ello?, ¿Qué personas me han sorprendido gratamente y cuáles me han desilusionado?, ¿Qué podría haber hecho mejor?, ¿A quién pude ayudar y no lo hice?, ¿A quién sí?, ¿Cuántas veces he reído y cuántas veces he llorado?, ¿Cómo están mis sentimientos?, ¿De qué me arrepiento?, ¿Qué tenía que haber hecho y no me atreví hacer?, ¿A dónde he viajado?, ¿Cuáles han sido las mejores experiencias?, ¿Qué quiero hacer en el futuro?, ¿Cuáles son mis próximos retos?, ¿Cómo conseguirlos?, … ¿He sido felíz?, ¿Cuánto tiempo más voy a seguir varada en la playa?, ¿Sabré volver sola al mar o necesitaré la ayuda de un marinero? ... ?¿
Sí, lo sé, es demasiado. Demasiadas preguntas y la mayoría de difícil respuesta. Pero ¿acaso no es recomendable hacer de vez en cuando un análisis de uno mism@ para intentar no ir como un barco a la deriva por el océano de la vida? El mío sin duda es por ración doble, al casi coincidir el año nuevo con mi cumpleaños. Supongo que un 2x1 no está nada mal en estos nuevos tiempos de crisis.
¿Qué me deparará el 2009? Los sabremos dentro de poco, paso a paso, día a día. Me marcaré nuevos retos, que no propósitos que se quedan en eso: propósitos. Me forzaré a ser mejor persona. Aprenderé a ser (aún) más feliz y a disfrutar más (aún) el día a día. Haré de mi vida un sueño y de mi sueño una realidad. No quiero que me regalen nada, quiero conseguirlo con mi esfuerzo. Sólo pido tener buenas oportunidades que prometo sabré aprovechar. Y las tendré. Porque quiero volver a sentir el abrazo salado del mar. Porque quiero volver a escuchar su susurro de libertad.
Muchas veces me pregunto porqué el mundo es así. Mejor dicho, porqué las personas somos así, y porqué hemos construido un mundo tan a nuestra imagen y semejanza. ¿Por qué es más fácil hacer daño?, ¿por qué huimos de la felicidad? Son tantos porqués…y son tan escasas las respuestas. Lo más curioso es ni siquiera hay qué estar acompañado. Incluso uno mismo se hace daño, se lanza malos pensamientos y se pone piedras en su propio camino. ¿Está en nuestra naturaleza ser autodestructivos?