miércoles, 31 de diciembre de 2008

Desde la playa de la Sirena Varada...



Un año más que llega a su fin y otro año más que empieza. Así que tengo que enfrentar lo inevitable: el balance anual de mi vida. Todos los diciembres comienzo una cuenta atrás llena de pensamientos, análisis y preguntas, sobre todo muchas preguntas. ¿He alcanzado mis objetivos durante este año? ¿Cuáles sí y cuáles no?, ¿A qué se deben los fracasos?, ¿Cuántas cosas buenas y malas me han pasado?, ¿Qué he aprendido de todo ello?, ¿Qué personas me han sorprendido gratamente y cuáles me han desilusionado?, ¿Qué podría haber hecho mejor?, ¿A quién pude ayudar y no lo hice?, ¿A quién sí?, ¿Cuántas veces he reído y cuántas veces he llorado?, ¿Cómo están mis sentimientos?, ¿De qué me arrepiento?, ¿Qué tenía que haber hecho y no me atreví hacer?, ¿A dónde he viajado?, ¿Cuáles han sido las mejores experiencias?, ¿Qué quiero hacer en el futuro?, ¿Cuáles son mis próximos retos?, ¿Cómo conseguirlos?, … ¿He sido felíz?, ¿Cuánto tiempo más voy a seguir varada en la playa?, ¿Sabré volver sola al mar o necesitaré la ayuda de un marinero? ... ?¿

Sí, lo sé, es demasiado. Demasiadas preguntas y la mayoría de difícil respuesta. Pero ¿acaso no es recomendable hacer de vez en cuando un análisis de uno mism@ para intentar no ir como un barco a la deriva por el océano de la vida? El mío sin duda es por ración doble, al casi coincidir el año nuevo con mi cumpleaños. Supongo que un 2x1 no está nada mal en estos nuevos tiempos de crisis.

¿Qué me deparará el 2009? Los sabremos dentro de poco, paso a paso, día a día. Me marcaré nuevos retos, que no propósitos que se quedan en eso: propósitos. Me forzaré a ser mejor persona. Aprenderé a ser (aún) más feliz y a disfrutar más (aún) el día a día. Haré de mi vida un sueño y de mi sueño una realidad. No quiero que me regalen nada, quiero conseguirlo con mi esfuerzo. Sólo pido tener buenas oportunidades que prometo sabré aprovechar. Y las tendré. Porque quiero volver a sentir el abrazo salado del mar. Porque quiero volver a escuchar su susurro de libertad.

viernes, 19 de diciembre de 2008

Vidas robadas

Llevo prácticamente seis meses sin tener la obligación de levantarme a una hora determinada, lo que para mí viene a ser algo así como seguir de vacaciones. Es cierto que el verano ya pasó, pero en mi mente no queda tan lejos. Aún conservo muy frescos tantos buenos recuerdos de las que, sin duda, han sido mis mejores vacaciones de verano. Sol, playa, viajes, muchos viajes, y gente, sobre todo gente nueva. Muchas experiencias que me han ayudado a quitarme la venda que tapaba mis ojos y que hacía que una y otra vez me diese contra los mismos muros. Ahora puedo continuar mi camino, un camino en el que sin duda me encontraré con nuevos muros.

Hoy me he levantado a una de esas horas que no está bien confesar.  Tras más de 12 horas en la cama me he despertado en un día totalmente soleado. Un cielo azul más propio del verano, que caprichosamente se ha dejado ver a dos días de comenzar el invierno. Un cielo azul de los que invitan a reflexionar y a escribir en tu blog. Y es que quizás la consecuencia más directa de unas largas vacaciones es la cantidad de tiempo que tienes para pensar. Un tiempo que antes, con el agobio de la carrera y de los problemas personales, era un lujo que no me podía permitir. Ahora todo eso es arena que se ha llevado el viento, sacando a luz algo que sin darme cuenta había enterrado: mi yo interior.

Actualmente se vive tan deprisa que es difícil conciliar varios aspectos de uno mismo. La presión de los demás, añadida a la que nos imponemos nosotros mismos, hace que la vida se convierta en lo que ocurre mientras planificas cómo vivirla. Terminas los estudios, te pones a trabajar o te preocupas porque no encuentras trabajo. Luego llega el pagar las letras del coche, la hipoteca, el bodorrio… No hace falta pensar como uno quiere vivir su vida, porque ya hay una forma “estandarizada y homologada”. Vivir puede ser tan sencillo como ir al supermercado y comprar un detergente: ya te viene todo preparado, empaquetado y con instrucciones. Te conviertes en uno más de los que hacen lo que hace todo el mundo: vivir según lo socialmente aceptado. Vives tu vida, por supuesto, pero es una vida robada. Y el tiempo pasa más deprisa cuando vives de acuerdo al modelo estandarizado y homologado. Cuando te das cuenta estás en una habitación gris rodeada de gente con batas verdes, hiperventilando y sudando, mientras te dicen “¡Empuja! ¡Empuja!” y tú te preguntas: ”¿Pero cómo he llegado aquí? Si yo ayer estaba empezando en la universidad...”.

Me siento bastante afortunada por disponer de tiempo para pensar y reflexionar sobre lo que quiero hacer en el futuro, y por haberme dado de cuenta de ello me siento privilegiada. No obstante, este nuevo camino que he emprendido, saliéndome de la carretera pavimentada y señalizada, no es precisamente más fácil. Son demasiadas las cosas que nos rodean y que intentan secuestrar nuestra individualidad, pero eso es un tema para otro post (más bien para otro blog completo).

Bucear en la introspección me está descubriendo aspectos de mí misma que no sospechaba que existieses, pero también está despertando facetas que el estrés, los desengaños y el huir de uno mismo, habían adormecido. Como por ejemplo, la capacidad para apreciar la belleza de un cielo azul de diciembre.

sábado, 13 de diciembre de 2008

Rosas con espinas

Las personas somos problemáticas. Parece que por naturaleza nos gusta hacernos daño. ¿Por qué decir una palabra bonita que pueda generar una sonrisa? ¿Por qué cuando lo más fácil es decir algo con desprecio? ¿Por qué hablar sinceramente cuando se puede mentir?

Siempre se dice que es más fácil destruir que crear algo bonito. Y puede que sea cierto. Cortar las rosas del jardín de tu vecino sólo requiere dos minutos y unas tijeras. Plantar el rosal, regarlo, abonarlo, podar las ramas, protegerlo del pulgón… conseguir unas radiantes rosas rojas requiere más tiempo y esfuerzo. ¿Y para qué molestarse? Siempre habrá algún vecino a quien cojérselas…¿no?

Muchas veces me pregunto porqué el mundo es así. Mejor dicho, porqué las personas somos así, y porqué hemos construido un mundo tan a nuestra imagen y semejanza. ¿Por qué es más fácil hacer daño?, ¿por qué huimos de la felicidad? Son tantos porqués…y son tan escasas las respuestas. Lo más curioso es ni siquiera hay qué estar acompañado. Incluso uno mismo se hace daño, se lanza malos pensamientos y se pone piedras en su propio camino. ¿Está en nuestra naturaleza ser autodestructivos?

Hablamos por teléfono, mandamos e-mails, conservamos la comida en la nevera, se hacen transplante de corazón, tenemos arte, tenemos filosofía… hasta hemos ido a la luna. Y tenemos guerras, enfermizas ansias de poder, tortura y maltrato, niños muriendo de desnutrición, ríos contaminados. La luz del progreso no nos permite ver de noche las estrellas.

Confusión, demasiado confusión. La vida parece un camino por el que vagas perdido y sin zapatos. A veces incluso tan desorientado que no sabes si caminas hacia delante o si vuelves sobre tus pasos. Pero es probable que te vuelvas a encontrar con las rosas que robaste a tu vecino; esta vez para clavarte, a cada paso, sus espinas en tus pies desnudos.

Soledad, infinita soledad. Siempre que he expresado las ganas que tengo de vivir sola, he oído frases como “luego echarás de menos la compañía” o “con el tiempo te quejarás de la soledad… ¿por qué crees que la gente tiene gatos y perros?”.

Pero… ¿acaso, en el fondo, no estamos todos solos? A veces es difícil entenderse uno mismo, qué decir de que otro te comprenda… ¿Alguna vez llegamos a conocer del todo a la persona con la que dormimos?

viernes, 5 de diciembre de 2008

Lección del mes

No sólo se puede pasar un buen rato leyendo blogs, también se pueden aprender importantes lecciones:

Ejercicio:

1- Inscribid en un grupo, llamémosle A, a todos vuestros ex-maridos, ex-amantes, ex-novios, ex-rolletes...etc

2- Inscribid en otro grupo, llamémosle B, a vuestro mejor amigo, vuestra mejor amiga, vuestros padres, vuestros hermanos y/o hermanas...etc

3- Haced un cálculo aproximado de cuantas veces habéis pronunciado las palabras "te quiero" a los miembros de cada uno de estos grupos

4- Para finalizar, comprobad cuántos de los miembros del grupo A y cuántos del B siguen formando parte de vuestras vidas.

Lección:

Los yuppies de Wall Street no son los únicos insensatos que en ocasiones invierten de forman desmesurada en productos  subprime, ¿verdad?